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Gipuzkoa


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Edad Media

Historia

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En la Edad Media Gipuzkoa vive distintos avatares según se diriman las contiendas entre los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, pasando de formar parte del reino de Navarra a la corona de Castilla, más tarde dividida entre ambos reinos para terminar integrada en la corona de Castilla.

 

Asimismo se vivirá la crisis del feudalismo, dando lugar a la guerra de bandos entre los llamados parientes mayores y menores. Al mismo tiempo se está produciendo la fundación de las villas. Todo ello llevará a la creación de la Hermandad guipuzcoana, núcleo de las juntas generales y de la futura Diputación Guipuzcoana y a un nuevo ordenamiento jurídico.

 

409: Entran en la península por Roncesvalles los pueblos suevos, vándalos, alanos y más tarde visigodos (415). A partir de la llegada de los visigodos parece que se da una globalización lingüística. Vascones serían los que hablaban vasco, y Vasconia el territorio que ocupaban.

 

718: La península se encuentra invadida por los musulmanes. Gipuzkoa permanecerá al margen de esta ocupación.

 

S. VIII - X: Durante estos siglos una parte de la actual Gipuzkoa, la más accidentada, pertenecerá al reino Asturiano; mientras que el resto se integrará en el naciente reino pamplonés (s. IX).

 

S. IX - XI: Transformación de la propiedad colectiva, de origen gentilicio, en propiedad privada, dentro de una organización de la sociedad de tipo feudal. Van surgiendo grupos familiares poderosos, los futuros "Parientes Mayores", en cuyas manos quedará la mayor parte de las tierras y botines. Descenso a los valles desde las zonas altas. Población de unas 14.000 personas. Se agrupan en aldeas o barrios, denominándose valle a un conjunto de estos barrios.

 

S. IX - XIII: Los habitantes de Gipuzkoa comienzan a salir a la mar.

 

S. X: Evangelización sistemática y progresiva de Gipuzkoa.

 

S. XI: Gipuzkoa entidad diferenciada, denominada terra. Distrito administrativo al frente del cual los reyes colocaban una persona, tenente, que regía el territorio bajo su autoridad.

 

1025: Primera mención de Gipuzkoa en un documento.

 

1076: Gipuzkoa pasa a formar parte de Castilla.

 

1109: Gipuzkoa vuelve a depender de Pamplona.

 

S. XII: Hasta la segunda mitad del siglo la población guipuzcoana fue exclusivamente rural.

 

1180: Desde este año, fecha de la fundación de la villa de San Sebastián, hasta 1383, en que se fundaron Cestona y Villarreal de Urrechua, se crearon en Gipuzkoa 25 villas.

 

1200: Gipuzkoa queda incorporada definitivamente a Castilla.

 

S. XIII: A partir de este siglo se intensifican en Gipuzkoa la agricultura, las actividades pesqueras de bajura (pesca de la ballena), y la actividad ferrona. La población rural comenzará a dispersarse por los caserios. Comienzan las actividades artesanales gremiales y comerciales.

 

1379: Primer ordenamiento jurídico, expresado por escrito, redactado por la Junta de la Hermandad de los Concejos reunida en Getaria. Hasta entonces la norma por la que se regían era de transmisión oral y consuetudinaria (los usos y costumbres).

 

1400 - 1401: Epidemia, gran impacto en los pueblos guipuzcoanos.

 

S. XIV - XV: Crisis en toda Europa. Gipuzkoa se verá asolada por complejos enfrentamientos sociales, que han pasado a la historia con el nombre de "Guerra de Bandos", el oñacino y el gamboíno.

 

1457: Derrota de los "Parientes Mayores", y finalización de la guerra civil o de familias. Se derriban las casas fuertes.

 

1450: Comienzo del periodo de expansión de la agricultura, la industria, el comercio y la pesca.

 

1463: Gipuzkoa adquiere entidad de provincia a partir de esta fecha, en la que se promulga el Cuaderno de la Hermandad sustituyendo al de 1379. Su órgano de Gobierno serán las Juntas Provinciales, y la Diputación Foral será el organismo ejecutivo de la Junta.

 

1479: La Reina Isabel I expide desde Trujillo, con fecha 12 de julio, el título de Reino de Guipúzcoa.

 

La posición geográfica de la tribu várdula la sitúa muy al interior de la Euskal Herria rural. Ya en los siglos III y IV se produce un movimiento de inseguridad y de bandolerismo que obliga a las autoridades romanas a tomar medidas adecuadas. Estas consisten en dotar de tropas limitanei, soldados de frontera, formando cerco a cántabros, por una parte, y a lo que hoy es el País Vasco, de otra, ya que estas cohortes estaban establecidas en Juliobriga (en Cantabria), en Veleia (Iruña, Alava), en Iluro (Olorón) y en Lapurdum (Bayona). Lo que hoy es Guipúzcoa quedaba encerrado en el centro de esta zona peligrosa entre caristios y vascones. Tal era la situación en el siglo IV.

 

Pero, a la caída del Imperio, pierden importancia nominal las tribus y ya no se habla sino de vascones. Una Vasconia rural con núcleos urbanos surge frente a los invasores. De Gipuzkoa no se sabe apenas nada si no es por el contexto de la misma en el acaecer de Vasconia. Entre los siglos V al IX participa en la lucha contra godos y francos. Vardulia quedó siempre resguardada de la lucha directa ya que, por el sur, distaba enormemente de las tierras godas (musulmanas después) y, por el noreste, Vasconia se extendía hasta las cercanías de Burdeos, en el Garona.

 

El Poema de Fernán González y la leyenda de Pasajes da al pueblo vascón como vencedor de Carlo Magno el año 778, en la que debieron estar combatientes de Gipuzkoa ya que formaban parte de Vasconia y se encontraban próximos a los sucesos.

 

Según recoge la Crónica de Alfonso III escrita entre finales del siglo IX y comienzos del X, en el reinado del astur-leonés Alfonso I (730-756) tuvieron lugar varias repoblaciones, entre ellas la de Castilla, que se denominó también Bardulia: Eo tempore populantur Asturias, Primorias (...), Bardulies qui nunc vocitatur Castella... Dada la peculiaridad del nombre es difícil esclarecer si se trató de una repoblación con elemento humano guipuzcoano o si se trata de un fenómeno puramente nominal por el que Bardulia equivaldría a límite, marca o borde.

 

El primer documento que nombra a Guipúzcoa, sin duda en su veracidad, es del año 1025 con la particularidad de que figura como tierra pamplonesa bajo el señorío de García Aznarez.

 

En cuatro diplomas de San Juan de la Peña se menciona a un García Azenáriz como señor de Gipuzkoa y a su esposa D.ª Gaila (de Ipuccha), a su hija D.ª Belasquita y a su yerno Sancho Fortuniones. Uno de estos diplomas, el más importante, es la donación del monasterio de San Salvador de Olazábal, en término de Alzo, al monasterio de San Juan de la Peña, datado en 1063, o sea, el año cristiano 1025. Los bienes donados cubren una buena porción de Guipúzcoa desde Elcano, barrio de Aya, cerca de Zarauz, hasta el Aralar, pasando por Tolosa.

 

En el año 1076 se produjó una conspiración que produjo el desmembramiento del reino vasco de Pamplona produciéndose la division de Gipuzkoa en el reparto. Ramón y Ermesenda asesinaron a Sancho IV de Navarra, su hermano. El suceso conmovió a todo el Reino.

 

Mientras el pueblo vasco luchaba contra los infantes, los ejércitos del rey Alfonso de Castilla cayeron sobre el reino vasco al tiempo que el rey D. Sancho de Aragón entró militarmente en la capital, en Pamplona misma. El aragonés no tardó en proclamarse rey en Pamplona jurando guardar los fueros y leyes.

 

El rey castellano, Alfonso el Batallador, temeroso de un enfrentamiento, se queda con la mitad occidental del Reino en la que se incluye a casi toda Guipúzcoa que, desde ese momento, se convierte peligrosamente en fronteriza de la mitad oriental adherida a Sancho Ramírez de Aragón.

 

La desmembración del reino vasco duró desde 1076 a 1112, año en que se restaura la unidad del Reino bajo el reinado de García IV Ramirez, el Restaurador. Lo más importante es que se consolidó la delimitación de los reinos de Aragón y de Pamplona. El nuevo rey gobierna una tierra netamente euskaldun y se complace en firmar los documentos reales "reinando en Pamplona, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya en Guipúzcoa...". En Aragón reinaba Ramiro y en Castilla Alfonso VII.

 

Entre 1135 y 1137 diferentes guerras entre los reyes de Aragón, Pamplona y Castilla dieron con el resultado final de D. Ladrón Iñiguez de Guevara gobernando Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Aybar y Leguin. Sus últimas citas como conde de Guipúzcoa son de 1147

 

En tiempos de Sancho VI el Sabio, Gipuzkoa permaneció también dentro del reino de Navarra. Al conde y señor de Gipuzkoa, D. Ladrón Iñíguez de Guevara, le sustituyó su hijo D. Vela Ladrón, que gobernó hasta 1174 no solamente la tierra guipuzcoana sino también la alavesa y la bizkaina.

 

Posteriormente, Alfonso VIII de Castilla recuperó Gipuzkoa en 1200 titulandose reinando "in tota Castella et in Toleto et in Extremadura et in Alava et in Bizcaya et in Ypuzqua et in Sancto Sebastiano (Carta de 31-XII-1202).

 

Gipuzkoa aparece por vez primera integrada en el Reino de Pamplona; ocupada militarmente desde el asesinato de 1076 por tropas castellanas y aragonesas; vuelta a integrarse en 1112 hasta 1200 y vuelta a ser ocupada militarmente por el reino de Castilla.

 

Al morir Alfonso VIII, le sucedió por muy poco tiempo su hijo Enrique, y luego, Fernando III el Santo. Tanto D. Sancho el Fuerte, como Teobaldo II (1253-1270) , Enrique I de Navarra (1270-1274) hasta llegar a Dña Juana de Navarra casada con Felipe el Hermoso de Francia intentaron la restauración de los territorios vascos al reino de Navarra sin éxito. Gipuzkoa continuó unida a Castilla durante el siglo XIV, a pesar de todos los intentos del reino de Navarra por dominarla.

 

A partir del siglo XIII y durante el XIV se van erigiendo en Gipuzkoa nuevos centros de población, principalmente mediante la fundación de villas, al amparo de privilegios y otras ventajas para sus moradores. Muchas veces ciertos lugares hacian una escritura de concordia agregándose a las villas más cercanas, y siempre conservando cada cual su demarcación territorial, propiedad y goce de montes y concejos particulares.

 

Sancho VI el Sabio fundó Donostia en 1180 y después llegaron otras ciudades: Hondarribia (1203), Getaria y Mutriku (1209), Zarautz (1237), Deba (1343), Zumaia (1347), Orio (1379), etc.

 

Los orígenes de las las luchas entre los llamados Parientes Mayores o Aundikis se remontan a más allá del 1200. Su duración documentada, por más de dos siglos, induce a creer que las causas fueron muy hondas y habria que buscarlas primero en la rivalidad de jefes de linaje con motivo de la desmembración tribal del Reino y en el choque posterior de linajes íntegros y villas recién fundadas. Aunque los nombres de oñacinos y gamboínos no suenen hasta mucho más tarde, parece ser que las rivalidades públicas de los señores de la tierra no trascienden hasta que el Reino es repartido en 1076 entre castellanos y aragoneses, con motivo del fratricidio de Peñalén, al ser desposeídos de su autoridad unos y suplantados por otros.

 

Quedan entonces, como en 1200, los señores principales separados en pro-Navarra y en pro-Castilla, o mejor dicho, en desposeidos y suplantadores. Tal fue, al parecer, el caso de las casas de Oñaz y de Gamboa. Más tarde, la fundación de nuevas poblaciones bajo forma de villas, crea una nueva sociedad frente a la anterior castiza. La guerra que se hacen los bandos es tan feroz, tan larga, y sin arreglo posible, que, a no dudarlo, entran en juego intereses y derechos vitales. Vieja y nueva sociedad, nuevas capas y sociedad gentilicia entran en colisión. Las luchas entre los bandos de Oñatz y Ganboa llegaron hasta el punto de quemar Arrasate (1448).

 

Las villas y lugares de Guipúzcoa nombraron sus procuradores a Juntas para tomar medidas contra los Parientes Mayores y sus parcialidades. En la Junta de Tolosa de 1375 se acordó el nombramiento de los alcaldes de Hermandad, con capacidad para condenar.

 

En la Junta celebrada en el coro de la iglesia de San Salvador de Getaria en 1397 bajo la presidencia del famoso corregidor Gonzalo Moro como representante de la corona de Castilla, reinando Enrique IV, se acordaron las Ordenanzas de la Hermandad de Gipuzkoa. En ellas se especificaban los delitos y sus severísimas penas, casi todas de muerte, lo mismo para el autor que para el encubridor. Se acordó incluso premiar a las personas que prendiesen o matasen a todos los "acotados", es decir personas condenadas por alcaldes de Hermandad. Pero la disposición transcendental de la Junta fue el ordenar allanar y destruir las casas-torres de los Parientes Mayores.

 

Cuando se publicó el Nuevo Cuaderno de la Hermandad, se creó el sistema político básico (1463); el órgano gubernamental de la provincia lo formaban las Juntas Generales y estaban en sus manos las funciones legislativa, financiera, ejecutiva y judicial. Para ejecutar las decisiones de las Juntas Generales se creó la Diputación Foral, órgano ejecutivo permanente y los fueros formaban el ordenamiento jurídico y político.

 

 


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