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Declaración de Rafaela Romero

 

Día internacional de la mujer

 

Declaración de Rafaela Romero

 

Palabras de la Presidenta del Parlamento de Gipuzkoa, Rafaela Romero, en el acto organizado en las Juntas Generales de Gipuzkoa con motivo del Día Internacional de la Mujer.

 

 

Manifiesta Bann Ki Moon, Secretario General de Naciones Unidas en el lema de la organización para este Día Internacional de la Mujer del año 2.010 una verdad interesante: "La igualdad de las mujeres y las niñas constituye también un imperativo económico y social. Hasta que no se logre liberar a las mujeres y las niñas de la pobreza y la injusticia, todos nuestros objetivos -la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible- correrán peligro.".

 

Esta máxima nos recuerda que un nuevo orden mundial más justo pasa por lograr la igualdad real de hombres y mujeres.

Y nos llama la atención sobre un hecho bien evidente, aún los hechos subrayan la tremenda desigualdad que persiste entre hombres y mujeres en el mundo.

La absurda e injustificada diferencia entre personas por razón de su sexo que en los países más desarrollados, como el nuestro, es patente en muchos ámbitos de la vida, pero que en aquellos más pobres y débiles, se señala por una discriminación gravísima en la vida social, económica, cultural y política.

Hablo de una realidad constatable, aquella que señala que en muchos estados del mundo las políticas, legislaciones y costumbres discriminatorias son las reglas que confirman que la desigualdad es lo más generalizado.

 

Hablo aún de una feminización de quienes sufren la violencia, de una feminización de quienes sufren la pobreza, de una feminización de quienes sufren la injusticia.

Hablo de un mundo que se permite aún el lujo de no contar con la mitad de sus recursos humanos, los que representan las mujeres.

Hablo de un mundo aún injusto, insolidario, desigual y discriminatorio con las personas por ser mujeres.

Hablo de un mundo, bien entrados ya en el siglo XXI, en el que aún las convenciones internacionales sobre derechos de las mujeres se refieren a los mismos graves obstáculos que se señalaban hace 30 años en la Convención de Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación de la mujer; obstáculos que siguen sin superarse para garantizar la igualdad real entre hombres y mujeres.

 

Hablo, por tanto, de la pobreza que pesa sobre la mujer: del acceso desigual a la educación y la insuficiencia de las oportunidades educacionales; de La mujer y la salud; de la violencia contra la mujer; de los efectos de los conflictos armados en la mujer; de la desigualdad en la participación de la mujer en la definición de las estructuras y políticas económicas y en el proceso de producción; de la desigualdad en el ejercicio del poder y en la adopción de decisiones; de la falta de mecanismos suficientes para promover el adelanto de la mujer; de la falta de conciencia de los derechos humanos de la mujer, internacional y nacionalmente reconocidos, y de dedicación a dichos derechos.

 

Hablo también de la movilización insuficiente de los medios de información para promover la contribución de la mujer a la sociedad y de la falta de reconocimiento suficiente y de apoyo al aporte de la mujer a la gestión de los recursos naturales y a la protección del medio ambiente. Hablo de las niñas que se quedan sin futuro por ser analfabetas, por estar desprotegidas, por ser explotadas o violentadas. Hablo de la falta de su futuro y hablo de un mundo mucho peor por no contar con aquellas que harían que la sociedad fuese más eficaz y las personas que la forman más eficientes. Y esas personas son las mujeres.

 

Esta son algunas de las razones por las que el Parlamento guipuzcoano entiende necesario ratificarse en los pronunciamientos contra la discriminación de las mujeres que las Naciones Unidas aprobaron en el año 1981 y que hoy adaptamos para realizar la lectura de esos derechos que harían de nuestra convivencia una más igualitaria pero, sobre todo, más justa. Desde la Mesa de las Juntas Generales hasta los y las miembros de la Comisión para la Igualdad. Desde los y las Portavoces hasta los y las junteras. Lo quisimos hacer todos y todas juntas. Toda la cámara unida. Cincuenta y un personas y cincuenta y un pronunciamientos que recuerdan que aún no existe igualdad entre mujeres y hombres y que la desigualdad adquiere formas grotescas, violentas y gravemente vulneradoras de los derechos humanos en países con menos desarrollo.

 

Parafraseando a Olympe de Gouges en la declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadanía en la Francia revolucionaria de 1789: "Porque consideramos que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos de la mujer son causa de los males públicos, a lo que añadiremos nuestra consideración de que los representantes públicos no pueden dejar de recordar sin cesar los derechos de las personas, también los de las mujeres" es por lo que hoy unánimemente realizamos este acto público y ratificamos los pronunciamientos antidiscriminatorios de Naciones Unidas.

 

Hablamos, como lo hace la Campaña de Naciones Unidas para este año 2.010, como para todos los años, de igualdad de derechos, de igualdad de oportunidades y de progreso para todos y para todas.

 

 

Rafaela Romero

Presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa

Donostia-San Sebastián, a 3 de Marzo de 2010

 

 


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